El corazón transpiraba
los nervios hablaban por el
hamacó sus palabras izadas
a mano alzada sobre tu piel.
Donde ha visto libertades
vio egos repitiéndose,
maniobras abordables,
andenes de neón.
Aún exhalaba su aire
respirando entrecortadamente
(el amor se escribe despacio
para hacerse rápido).
El corazón,
tibio corazón:
una razón exacerbada
cebada de trances.
Cada latido es un miedo,
un pliego perenne
pereciendo en declive
al aljibe del deseo,
museo servil
de la inconsciencia.
La ciencia que graficó
su amada incoherencia.
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un pliego perenne
pereciendo en declive
al aljibe del deseo,
museo servil
de la inconsciencia.
Preciosos versos¡¡¡ Buen poema¡¡¡ Saludos.