Ven junto a mí, prende mí mano,
sé qué vas herido
Que de tu corazón,
ya sólo quedan vestigios
Yo sé de un lugar,
dónde podrás, descansar conmigo
Un lecho de ilusiones,
con sábanas de estrellas
y paredes, de algodones
Dónde la memoría,
té secará las lágrimas
y colmará tu alma de ternura
Ven junto a mí, camina a mí lado,
Él reloj, ya paró las manecillas
y la gente, duermen el silencio
Nadie, podrá romper él momento,
ni mancillar nuestro empeño
Siempre supe de tu llegada,
té esperé, en la oscuridad del tiempo
En la otra acera de la vida,
desde dónde sólo tú y yo
nos acariciabamos, en la lejanía
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