Mi alma habita en el zaguán de la imagen dorada;
baluarte de nenúfares purpúreos
¡sobrevivieron al Gran Diluvio!
Los códices de antaño
mentaron su retrato:
<<Ser con destellos diamantinos>>.
¡Llegaron asaltacaminos!
Rostro que oblitera hordas de infierno y rabia.
Belleza policromada
que aguarda mi estancia
en galanteos y siseos:
envites a los Campos Elíseos.
Oigo un chasquido agorero,
¡achico los ojos y no lo veo!
El aire está larvado de dolor.
Espesa calima virando
en roca caliza;
¡Arpía!
Hueles a curtiduría.
Plúmbea nostalgia
arrobada en su aura.
Marisa Béjar.
164 lecturas versolibre karma: 120
una sensación cómo de algo no resuelto...
Tu pluma siempre transmite y mucho... Gusto leerte nuevamente
Abrazos Marisa...
Bravo, Marisa!
¡achico los ojos y no lo veo!
El aire está larvado de dolor.
Espesa calima virando
en roca caliza;
¡Arpía!
Hueles a curtiduría.
Plúmbea nostalgia
arrobada en su aura.
Me encantó!!