Hay en mi alma un incendio,
y busco el agua en este desierto.
La tierra de mi corazón es árida,
y tiene solo por escarcha tu recuerdo.
He perdido la sombra de mis huertos,
y el camino se ha nublado.
En las acequias solo respiran rastrojos secos,
y en mis ojos las lágrimas de tu silencio.
He decidido buscarte,
no te dejare ir como un viento,
quiero perderme en tu cara,
y recuperar mi aliento.
Puede que algún día,
el sol camine de nuevo,
y en la claridad de las nubes el azul...
vuelva a ser el color del cielo.
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