Dejo que el mar
muerda mi corazón
en un simulacro de dureza
en este espigón de orgullo herido.
Los latigazos campan
a horizonte abierto,
las caricias se pueden contar
en un dedal solo apto para meñiques.
Delinquimos con distinta suerte,
yo robé algo de tu tiempo
tú te llevaste mi existencia para siempre.
Todas las vías de escape
están atoradas
por banderas de dejadez.
La resignación ha invadido
todos mis continentes
de papel mojado.
¡Se acabó por hoy!.
Doy un portazo,
salgo a cabalgar la noche
untado de laceraciones programadas.
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a horizonte abierto,
las caricias se pueden contar
en un dedal solo apto para meñiques.
Eres único para contar las cosas. Qué bonito¡¡¡
Delinquimos con distinta suerte,
yo robé algo de tu tiempo
tú te llevaste mi existencia para siempre.
Precioso en su decadencia k !!!
saludos