La tarde lloró con la llovizna
el viento pampero trajo sus quejas,
los pájaros rezaron con sus trinos,
él, en la puerta de su casa,
mordió sus labios, miró hasta el cansancio, el camino, el que lleva a la morada final.
Miró el cielo, despejábanse las nubes,
miró el camino, ese que sin dudar, lo llevaría donde para siempre descansa su compañera.
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Muchas frases tuyas se me quedan con facilidad en el alma, que por un no se qué, tal vez espíritu verseador, tiende a dejarse llevar hacia horizontes pamperos como el viento. Sigamos caminando en pos de donde nos lleve "el sentir"amigo.