¿Habrá algún sí en la margarita?
¿O dirá siempre no con cada hoja?
La respuesta el aliento quita
y toda la piel, a tirones desolla.
Pétalos nacidos de la negación
pesados cuál calzado de cemento,
hunden en el mar de la resignación
los más ardientes y puros anhelos.
Arriesgado riesgo que se corre
preguntando a la margarita,
fundir las alegres ilusiones
como si fueran mantequilla.
Otra corola arrancada en el suelo
otra cabeza amarilla pelada,
dijo que no, otra vez, de nuevo,
la margarita con sus hojas blancas.
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