Allí donde nos lleva la noche,
casi sin sentirlo
sobreviene la muerte
con su frío y oscuro manto.
De aquellos días dorados
donde el tiempo
aún no jugaba al descuento,
ya no quedan segundos
consumida la vida
y agotados los sueños.
Ese tiempo efímero,
breve, casi superfluo,
que pasó de puntillas
sin apenas sentirlo
en ignorada caricia.
Siendo la vida inefable milagro,
de un inconmensurable
e incalculable Universo,
un etéreo concepto nos invade
pensándonos casi irreales,
pequeños, insignificantes;
parte de una infinita inmensidad
que no entendemos.
Sutilmente etéreo, volátil,
pasó el tiempo,
y se llevó la vida.
Publicado en la Asociación solidaria cinco palabras:
cincopalabras.com/2018/04/22/escribe-tu-relato-de-abril-iv-el-equipo-d